Este documento analiza el grado de poder disruptivo de la aplicación de tecnologías de punta sobre las transacciones financieras a nivel global (fenómeno conocido como Fintech). A partir de allí, se presentan las implicaciones que ello está teniendo sobre el desarrollo del mercado bancario, con particular atención al caso de América Latina.
Esas plataformas digitales vienen compitiendo arduamente, destacándose las grandes compañías tecnológicas, cada una con enfoques de negocio específicos: Google (Inteligencia Artificial), Amazon (cloud computing-Big Data), Apple (conectividad celular), Microsoft (aplicaciones corporativas y cloud computing) y Facebook (manejo de Big Data en redes sociales). En paralelo, los sistemas transaccionales masivos, de pagos P2P y las denominadas 7 LOS SERVICIOS FINANCIEROS DIGITALES EN AMÉRICA LATINA “wallets” (Paypal, Wechat-Tencent y hasta Whatsapp) están creciendo como importantes alternativas dentro del contexto del mercado financiero, representando una fuente de tensión para los negocios bancarios tradicionales, así el grado de disrupción actual sea “tan solo” del 28% (según la encuesta de PwC). La conclusión es que el sistema bancario sabe que todo esto es una amenaza latente y por eso ha despertado en años recientes con oleadas de adquisiciones alianzas con startups (mejorando su capital humano en el proceso) para así desarrollar su provisión de servicios tecnológicos a través de los llamados “hubs de innovación internos”, apalancados también en modelos de outsourcing.
Aquí también reportamos los resultados de una encuesta realizada sobre la percepción que tiene la banca que opera en América Latina respecto de este fenómeno Fintech, encontrándose lo siguiente: i) se tienen alianzas con compañías Fintech (36% de la muestra); ii) innovación “orgánica” al interior de los bancos (29%), donde muchos han implementado sus propios “laboratorios
digitales”; iii) outsourcing de servicios digitales a compañías Fintech (21% de la muestra); y iv) adquisiciones de compañías Fintech (9%). Adicionalmente, se encontró que la región tiene algunos desarrollos de consideración en lo referente a la oferta de banca digital, aunque existen algunas brechas debido a la baja absorción de dichos servicios por el lado de la demanda (donde parte importante de la clientela aún está volcada sobre medios tradicionales como las oficinas físicas).
Prospectivamente, esa encuesta destaca los siguientes retos para América Latina: i) modificaciones al marco regulatorio actual; ii) alta exigencia en ciberseguridad; y iii) superación de la resistencia cultural al interior de los bancos. Dichas entidades financieras proyectan que, durante el próximo quinquenio, tendrán que repartirse con las startups nuevos nichos del mercado, aunque cerca del 35% piensa que sus actuales estrategias de innovación (más bien de tipo reactivo) serán suficientes para mantener su liderazgo financiero. Este libro también entra en el detalle de las muestras individuales de Colombia, Paraguay, Perú, Ecuador, México y Argentina. Por tema de insuficiencia de datos, las respuestas restantes se agregan en un rubro de “Resto” de América Latina (agrupando las respuestas de los bancos de Brasil, Uruguay y la Asociación Bancaria de República Dominicana).