El ingreso per cápita de los hogares es una de las variables más relevantes dentro del análisis económico. Específicamente, hace referencia a los ingresos que recibe cada miembro de un hogar dentro de un periodo de tiempo determinado. Para calcularlo, el DANE realiza una suma y ponderación de los distintos tipos de ingresos en un hogar en un mes tales como: los ingresos laborales, las transferencias recibidas en subsidios, rentas generadas por activos como arriendos, becas, pensiones, entre otros. Luego, divide esta cantidad entre el número de miembros en el hogar (sin importar si generan o no ingresos), que se conoce como unidades de gasto.
A partir de lo anterior, y con base en un estudio del PNUD y el Banco Mundial1 acerca de la vulnerabilidad a la pobreza en América Latina, se define la clase media. Específicamente, se identifica un nivel de ingresos que permite a los hogares estar por encima de un umbral de inseguridad económica. En este, se determina que aquellos hogares de clase media son los que tienen una probabilidad menor al 10% de caer en pobreza.
En este Informe Semanal presentamos las estimaciones de ANIF de la distribución de la población en las clases sociales. Además, mencionamos la importancia de la definición empleada por el DANE de ingreso per cápita. Finalmente, caracterizamos las personas y hogares de las distintas clases sociales a partir de un análisis que identifica brechas y muestra correlaciones importantes de la clasificación de ingreso per cápita con factores adicionales. En este sentido, la utilidad de la identificación de las clases por medio de esta definición va más allá de las diferencias de ingreso y permite estudios y propuestas de política pública en torno al mercado laboral, la educación, las brechas de género y la tenencia de bienes.