Sin lugar a dudas, la industria aeronáutica tiene los mayores impactos negativos derivados de la propagación del SARS-CoV-2, dado el cierre de fronteras decretado en la mayoría de países como medida de contención del virus. Esto significa una compleja situación para las aerolíneas que, a diferencia de otras actividades de comercio y servicios, no cuentan con alternativas diferentes para operar, obligándolas a solicitar gruesos alivios económicos por parte de los gobiernos. Estos han apoyado esas estrategias decididamente, teniendo en cuenta la importancia del transporte aéreo para la economía de sus países. Esas ayudas han variado significativamente tanto en materia de modalidad (créditos, garantías o nacionalizaciones) como de condiciones pactadas (prohibición de despidos, dividendos o bonos gerenciales; apoyo adicional del sector privado; nacionalizaciones temporales; entre otros).
A nivel local, se deberían discutir prontamente las estrategias del Gobierno Nacional para que esta industria no colapse (similar a lo actuado en la mayoría de países), la cual cumple funciones estratégicas en el desarrollo de la economía y la conectividad regional. En opinión de ANIF, este alivio podría hacerse a través de créditos puente con la banca comercial, esquema de garantías, compra de bonos o acciones que emitan las aerolíneas, o el mecanismo que el Gobierno Nacional considere más apropiado. El acceso a estas ayudas estará condicionado al no despido de empleados y al plan de pago detallado que propongan las diferentes aerolíneas.